FRAY ANGÉLICO
Beato Angélico O.P. más conocido como Fra Angélico O.P. o Fray Juan de Fiésole O.P
Vicchio di Mugello (Florencia) 24 de junio de 1390 c. – Roma 18 de febrero de 1455
Virgen de la humildad (h. 1418)
Temple y oro sobre tabla. 80 x 51 cm
Museo del Ermitage. San Petersburgo
En general, se da por sentado que los orígenes de Fray Angélico son irrecuperables. Muchos expertos sitúan sus primeros trabajos conocidos entre principios y mediados de la década de 1420, en la creencia de que se han perdido los realizados durante los diez años anteriores. Por ello, numerosas pinturas se han datado en esa década, pese a las influencias y los estilos diversos que reflejan. Es probable que algunas de estas obras se ejecutaran con anterioridad, puesto que interpretan temas asociados a Lorenzo Monaco con un estilo y una sensibilidad muy cercanos a los del maestro. Pueden atribuirse a Fray Angélico por sus analogías con las pinturas de la década de 1420, incluidos los retablos que pintó para la iglesia de su propio convento. Su colorido se caracteriza por la variedad y la luminosidad de la paleta, en la que dominan los carmesíes y los rosas muy saturados, los azules pálidos y los verdes lima realzados con amarillo pálido. Las proporciones de las figuras son armoniosas, esbeltas y alargadas, y las vestiduras caen sobre el cuerpo con pliegues profundos y líneas caligráficas, Los rasgos de la Virgen y los ángeles están modelados y delineados con delicadeza, mediante párpados carnosos, narices afiladas y bocas pequeñas. Las figuras, distribuidas de una forma rítmica y variada, crean una armonía visual incluso en las composiciones simétricas. Si bien estas obras sugieren el aprendizaje junto a Lorenzo Monaco, también revelan el impulso innovador de Fray Angélico a la hora de representar temas tradicionales. Sus primeras creaciones demuestran una personalidad independiente desde la época en que pintó el retablo para la capilla de los Gherardini, hoy en paradero desconocido, hasta su ingreso como novicio en San Domenico de Fiesole. Una obra clave para comprender estos inicios es la Virgen de la humildad de San Petersburgo, una pintura piadosa de origen desconocido, expuesta actualmente con un marco moderno. El tema de Virgen de la humildad surgió a mediados del siglo XIV y ganó popularidad en las primeras décadas del XV. Se representó hasta la saciedad en el taller de Lorenzo Monaco. Muestra a la Virgen sentada con humildad en el suelo en lugar de sobre un majestuoso trono, sosteniendo con ternura al Niño Jesús en su regazo. Presagia el lamento por Cristo muerto, la escena donde la Virgen se sienta en el suelo para sostener en el regazo el cuerpo muerto de su Hijo y mostrar al devoto su sacrificio en redención de los pecados de la humanidad.
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